La Experiencia: Buber, Otto y Heidegger
Siguiendo la línea sucesoria de pensadores existencialistas, como vimos en la entrada anterior, Kierkegaard puede ser considerado el padre del existencialismo. Pero el existencialismo de Kierkegaard tiene sus raíces principalmente en su maestros y mentores, quien a su vez, bebieron de la fuente mística Eckhartiana, donde el amor y la aniquilación fueron la base principal. Al existencialismo de Kierkegaard lo podríamos llamar también la primera ola existencialista.
Debemos considerar que el existencialismo de la primera ola, así como su heredero, el existencialismo de principios del siglo XX, fueron una crítica a la crisis planteada por la modernidad. En este sentido, Martin Buber desarrollará una filosofía del éxtasis o la experiencia. Para Buber, "las palabras primordiales no significan cosas, sino que indican relaciones". Por esa razón, concluye Buber: "estás palabras primordiales son pronunciadas desde el Ser...y dan lugar a la existencia". La filosofía de Buber conserva rasgos místicos a pesar de que él mismo renegara posteriormente del misticismo.
Un contemporáneo de Buber, Rudolf Otto, toma otro camino con respecto a las fuentes del misticismo. Otto se replantea la idea de lo Santo. Lo que intentará nuestro filosofo es alejarse del Absolutamente Otro desde la metafísica tradicional. Otto explora la posibilidades de las relaciones en la experiencia religiosa, es decir, el miedo y el temblor como factores de supervivencia en las experiencias místicas orientales y occidentales.
Por último, Heidegger toma de la experiencia de Otto la información necesaria para adentrarse en el misticismo medieval. Sus estudios se basan principalmente en Otto, Schleiermacher y Eckhart. Más tarde, Heidegger volvería al misticismo Eckhartiano al indagar sobre el concepto "Gelassenheit o ecuanimidad" como una orientación existencial básica.
Francia y el Misticismo en la Filosofía a Principios del Siglo XX
Este titulo corresponde al capitulo 3 del libro que estamos resumiendo. Para algunos académicos, el misticismo fue un anatema para la filosofía. La filosofía occidental, basándose un su logos ha desechado a los pensadores místicos. Sin embargo, las cuestiones ontológicas como el ser y la nada le han dado el derecho propio a los místicos de ser estudiados por los filósofos. Sobre todo, son las universidades seculares las que retomaron el interés por el pensamiento místico. Los padres de este renovado interés de la "psicología de la religión" son William James por una parte y Dostoievski y Tolstoi, en lo que se refiere al misticismo en la literatura.
Posteriormente, serán Maurice Blondel, Léon Brunschvicg, Henri Delacroix, Jean Baruzi y Henri Bergson los principales divulgadores de la naturaleza y el valor del misticismo. Fue bajo la guía y supervisión de estos filósofos que personajes de la Francia del siglo pasado como Beauvoir, Sartre y Weil, hicieran su aparición para darle un aire renovado al viejo misticismo de los monjes, que en algún momento de su vida sucumbieran a las preguntas éticas que preocupan al ser humano como la justicia, el amor y la aniquilación.
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