La pandemia causada por un nuevo virus, conocido como SARS-COV-II que azotó y sigue azotando a la humanidad - aunque en mi opinión más en términos políticos que en cuestiones médicas - nos enseñó dos cosas. Primero, la fragilidad de la existencia humana. Segundo, las dictaduras siempre estarán merodeando para hacer escarnio de la fragilidad de la existencia.
Por esa razón, Michel Onfray, filosofo francés, conspirador anti idealista, y amante del materialismo libertario, nos propone repasar cuáles pueden ser algunas características principales de este momento post-totalitario.
Onfray, pensando y analizando las dos obras de George Orwell: 1984 y Rebelión en la Granja, identifica siete características principales de un gobierno totalitario, el nombre que le da a estas características lo resume en su "Teoría de la Dictadura". Para Onfray, "destruir la libertad; empobrecer el lenguaje; abolir la verdad; suprimir la historia; negar la naturaleza; propagar el odio y aspirar al imperio", son signos del establecimiento de un gobierno totalitario.
Para
destruir la libertad debemos: proporcionar vigilancia perpetua; arruinar la
vida personal; suprimir la soledad; alegrarnos de las celebraciones
obligatorias; estandarizar la opinión; denunciar el crimen a través del pensamiento.
Para
empobrecer el lenguaje es necesario: practicar un nuevo idioma; utilizar un
doble lenguaje; destruir palabras; oralizar el lenguaje; hablar un solo idioma;
suprimir los clásicos.
Para
abolir la verdad hay que: enseñar la ideología; instrumentalizar la prensa;
propagar las noticias falsas; producir lo real.
Para
abolir la historia, debemos: borrar el pasado; reescribir la historia; inventar
la memoria; destruir los libros; industrializar la literatura.
Para negar
la naturaleza, debemos: destruir el impulso de la vida; organizar la
frustración sexual; higienizar la vida; procrear médicamente.
Para
propagar el odio es necesario: crear un enemigo, fomentar las guerras,
psiquiatrizar el pensamiento crítico, acabar con el último hombre.
Para
aspirar a un imperio, es necesario: entrenar a los niños; administrar la
oposición; gobernar con las élites; esclavizar a través del progreso; ocultar
el poder.
En resumen, estas son las directrices que están utilizando los gobiernos en turno para poder mantener dormidos a sus respectivas poblaciones.
¿Quién dirá
que no estamos allí?
Y, si es
así: ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Dónde?
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