domingo, 24 de enero de 2021

Michel Onfray: Orwell y la Teoría de la Dictadura



La pandemia causada por un nuevo virus, conocido como SARS-COV-II que azotó y sigue azotando a la humanidad - aunque en mi opinión más en términos políticos que en cuestiones médicas - nos enseñó dos cosas. Primero, la fragilidad de la existencia humana. Segundo, las dictaduras siempre estarán merodeando para hacer escarnio de la fragilidad de la existencia. 

Por esa razón, Michel Onfray, filosofo francés, conspirador anti idealista, y amante del materialismo libertario, nos propone repasar cuáles pueden ser algunas características principales de este momento post-totalitario. 

Onfray, pensando y analizando las dos obras de George Orwell: 1984 y Rebelión en la Granja, identifica siete características principales de un gobierno totalitario, el nombre que le da a estas características lo resume en su "Teoría de la Dictadura". Para Onfray, "destruir la libertad; empobrecer el lenguaje; abolir la verdad; suprimir la historia; negar la naturaleza; propagar el odio y aspirar al imperio", son signos del establecimiento de un gobierno totalitario. 

Para destruir la libertad debemos: proporcionar vigilancia perpetua; arruinar la vida personal; suprimir la soledad; alegrarnos de las celebraciones obligatorias; estandarizar la opinión; denunciar el crimen a través del pensamiento.

Para empobrecer el lenguaje es necesario: practicar un nuevo idioma; utilizar un doble lenguaje; destruir palabras; oralizar el lenguaje; hablar un solo idioma; suprimir los clásicos.

Para abolir la verdad hay que: enseñar la ideología; instrumentalizar la prensa; propagar las noticias falsas; producir lo real.

Para abolir la historia, debemos: borrar el pasado; reescribir la historia; inventar la memoria; destruir los libros; industrializar la literatura.

Para negar la naturaleza, debemos: destruir el impulso de la vida; organizar la frustración sexual; higienizar la vida; procrear médicamente.

Para propagar el odio es necesario: crear un enemigo, fomentar las guerras, psiquiatrizar el pensamiento crítico, acabar con el último hombre.

Para aspirar a un imperio, es necesario: entrenar a los niños; administrar la oposición; gobernar con las élites; esclavizar a través del progreso; ocultar el poder.

En resumen, estas son las directrices que están utilizando los gobiernos en turno para poder mantener dormidos a sus respectivas poblaciones. 

¿Quién dirá que no estamos allí?

Y, si es así: ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Dónde?

   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

**Jacques Derrida: Un Ateo Encantado**

La relación entre Jacques Derrida y la religión ha sido objeto de numerosos debates. En esta entrada, se analizará el artículo *Derrida, un ...