jueves, 30 de enero de 2025

**Jacques Derrida: Un Ateo Encantado**



La relación entre Jacques Derrida y la religión ha sido objeto de numerosos debates. En esta entrada, se analizará el artículo *Derrida, un ateo encantado* de David Tacey, con el fin de examinar la controvertida interpretación de la supuesta “conversión religiosa” del filósofo francés. 

Desde la exposición de Jack Caputo sobre la deconstrucción derrideana, el mito de una conversión espiritual de Derrida ha circulado tanto entre sus seguidores como entre sus detractores. Sin embargo, Tacey propone una revisión crítica de esta narrativa, cuestionando la proyección de una fe tradicional sobre el pensamiento de Derrida. Su artículo no solo contextualiza la ambigüedad religiosa del filósofo, sino que también traza la evolución de su pensamiento, desde la deconstrucción hasta su diálogo con lo sagrado. Este debate, iniciado por Caputo, se ha complejizado con la crítica al llamado “giro religioso” en la filosofía contemporánea, cuyas implicaciones desafían las nociones modernas de fe y ateísmo. 

El Ateo Encantado: Contradicción y Transcendencia

El título de *ateo encantado* sintetiza la paradoja central del pensamiento derrideano: una lucha simultánea entre la razón crítica y la apertura a lo místico. Según Tacey, Derrida no se alinea ni con el ateísmo clásico —que rechaza lo divino— ni con el teísmo tradicional —que afirma una divinidad dogmática—, sino que busca una tercera vía. Esta consiste en desestabilizar los límites entre lo secular y lo sagrado, explorando lo que él denomina *lo indeconstruible*: aquello que resiste la disolución crítica, como la ética o la experiencia del Otro. 

Deconstrucción y lo Sagrado

Para Derrida, la deconstrucción no es un instrumento nihilista, sino un método para acceder a lo sagrado a través de la crítica radical. Su objetivo no es negar la transcendencia, sino abrirla a nuevas posibilidades más allá del vacío posmoderno. Este “regreso a lo religioso” no implica restaurar instituciones dogmáticas, sino recuperar el significado originario de la religión como encuentro con el misterio. Para ello, propone una crítica a la metafísica occidental y al secularismo, lo que algunos autores han denominado *pensamiento postmetafísico*. 

Fe y Razón: Una Tensión Productiva

Derrida desdibuja la dicotomía clásica entre fe y razón. En su marco teórico, el ateísmo no es un punto final, sino una etapa necesaria hacia una fe auténtica, entendida como compromiso con lo incognoscible. Tanto el creyente como el ateo deben someter sus certezas a la duda crítica, pues toda proposición racional implica, en última instancia, un acto de fe. Esta visión lo acerca a la teología negativa, aunque Derrida evita adherirse a cualquier sistema doctrinal. En cambio, recupera su herencia judía, enfatizando la oración y la reflexión como prácticas éticas frente al Otro. 

Conclusión: La Pluralidad de Derrida

Tacey retrata a Derrida como un pensador contradictorio, cuya fuerza radica en su capacidad para habitar tensiones irresolubles. La figura del *ateo encantado* encarna la lucha humana entre la razón escéptica y el anhelo de transcendencia, reflejando la pluralidad inherente a la condición humana. En este sentido, la deconstrucción no es solo un método filosófico, sino un ejercicio de humildad frente al misterio. 

 *Fuente: Tacey D (2012) Jacques Derrida: The Enchanted Atheist. Thesis Eleven 110(1) 3-16. the sage.uk/journal 

lunes, 20 de enero de 2025

La Fuerza de Existir

 Yo formo parte del fango, de esos intelectualoides que leen en su rincón en lugar de comulgar con los demás durante las retransmisiones de los partidos de fútbol en la televisión.



Hacia el año de 2008 apareció La Fuerza de Existir, que además añadía en su título, un Manifiesto Hedonista del filósofo francés Michel Onfray.  Diecisiete años después, la palabra hedonista sigue sin conseguir adeptos salvo para un pequeño círculo de seguidores del francés. El hedonismo también ha perdido su significado, el cuál no corresponde a su sentido filosófico antiguo. 

La tradición filosófica occidental como denuncia Onfray en casi todos sus libros ha relegado al hedonismo a una colección de anécdotas. La fuerza de existir pretende ser una filosofía de la vida, una posible filosofía existencial. Onfray pretende ser esa voz hedonista que se torna una fuerza para sobrevivir a un siglo que pretende dejarnos vacíos de sentido.

Onfray propone a la cultura como el remedio contra el desprecio, la venganza y el rencor generado por una forma de vida de los tiempos posmodernos.

La idea de está fuerza de existir la toma Onfray de Baruch Spinoza. Onfray ve en la Ética de Spinoza un arte codificado. Spinoza buscó entender a la naturaleza y a Dios por medio de la razón. Onfray intenta lo mismo, aunque su punto de partida es desde un ateísmo radical, es decir, deja afuera la idea de Dios. De alguna manera está siguiendo a la tradición cínica. Tanto Onfray como Spinoza buscan en la razón el orden de las cosas. Buscan una concepción ética de la vida que los llevé a entender la libertad. 

Es necesario notar que todos los filósofos después de Spinoza que le han estudiado han llegado a determinar que hay concepto al que llaman: “conatus”. 

“Conato” o “Conatus” es la esencia de todo ser. Es una tendencia innata a perseverar. Pero también es un deseo de existir. Así como un deseo de poder, el poder de adquirir conocimiento sobre uno mismo y el mundo. 

Es el deseo, la esencia y el poder del ser quienes usan a la razón para ordenar la vida y darle sentido. Onfray le llama la vida ética, que es la vida del autoconocimiento y del conocimiento de la naturaleza que nos llevará al siguiente nivel: la libertad.

Esa libertad a la que accedemos por medio de nuestra fuerza de existir nos permite entender el significado de la vida. Para Spinoza la Ética demostró que hay una imagen objetiva de la realidad a la cuál pertenecemos y a la que es posible comprender. 

En la fuerza de existir, Onfray contribuye por medio de las ideas de Spinoza a crear un sistema filosófico que explique la naturaleza del universo y del ser humano a través de un recorrido por la historia del hedonismo. Para lograr su objetivo, Onfray recurre a la narración autobiográfica. Educado en un monasterio de la orden Salesiana, nuestro anarquista aprende conceptos cómo disciplina, castigo, bien y mal , pero sobre todo algo a lo que llama: la ley del silencio que rodea la pederastia. Onfray se propone desafiar al mundo de las marionetas que actúan sobre un escenario demasiado grande para sus pequeños destinos. 

Encontrar la libertad es librarse de resentimientos. En ese sentido, como lo mencioné al inicio la propuesta cultural y artística del filósofo a través de la escritura es una herramienta para encontrar nuestra fuerza de existir.

“Para no morir a causa de los hombres y su negatividad, para mí existieron los libros, luego la música, en una palabra, el arte, y, sobre todo, la filosofía. La escritura le puso el broche de oro a ese conjunto.”








jueves, 9 de enero de 2025

Todas las Cosas Están Habitadas por Dioses.


Parece extraño qué una rama de la filosofía dominada por el materialismo como lo es la filosofía de la mente, aparezca un libro de corte místico-idealista que proponga otra forma de entender el fenómeno de la conciencia.

David Bentley Hart es un filósofo para nada ortodoxo, si bien su pensamiento está determinado por el idealismo no significa que se adhiera a los cánones de las ideas puras. Para muestra, su libro más reciente: Todas las Cosas están Habitadas por dioses.

Introducción: Sobre un Coloquio Divino.

Hart presenta sus ideas en forma de dialogo, llama la atención que el título de la introducción sea “un coloquio divino “, porque como lo menciona al final de la introducción, el diálogo es la mejor manera de presentar ideas filosóficas.

La historia de la filosofía de la mente en la tradición occidental ha estado dominada por el materialismo. Lo interesante es qué las críticas al campo de la conciencia no han llegado desde el mismo campo idealista sino desde pensadores ateos y agnósticos qué se identifican con algún tipo de materialismo.

Una de las primeras críticas qué hace Hart está relacionada con la historia de la filosofía de la mente. Hart crítica la fastuosidad de las obras escritas sobre el tema. Está fastuosidad no permite a los autores llegar a conclusiones atinadas por parte de los filósofos qué se han adentrado en el campo. Esté par de factores son según Hart producto de la extravagancia y la falta de explicaciones. Después de todo, dice Hart, casi siempre las soluciones propuestas a las cuestiones del origen y la naturaleza de la mente, realmente no son soluciones, sino simples reformulaciones de la misma cuestión.

Hart trata al modelo materialista de la filosofía de la mente cómo prejuicio. La materia gobernada por leyes puramente mecanicistas cómo fundamento de la realidad, incluida la mente no es ni más racional ni más empíricamente admisible.

“Todo el esfuerzo sobre el proyecto dónde se basa el estado actual de la filosofía de mente no es más qué el afán por mantener ese prejuicio cómo si fuera una conclusión racionalmente implícita, sin importar las contorsiones de razonamiento que esto pueda requerir “.

La eliminación del fenómeno es otra crítica qué hace Hart al enfoque materialista de la filosofía de la mente, la consecuencia es un “trágico cautiverio de la razón convertido en un árido dogmatismo.”

Si bien, como ya lo mencione, durante décadas la filosofía de la mente ha estado dominada por el materialismo; la hipótesis de Hart opta por no reducir la mente a causas materiales solamente, sin embargo, propone una forma diferente de mostrar sus avances con respecto a la qué a hecho la filosofía anglosajona. Hart dice qué los filósofos analíticos quiénes estudian la cuestión de la mente lo hacen desde un modelo hermético Cartesiano.

El resultado del problema mente-cuerpo supone para Hart dos opciones: un materialismo total dónde las realidades mentales son reducibles a causas físicas o un dualismo radical que considera lo mental y lo material como dos realidades irreconciliables. Incluso dentro del espectro filosófico todavía habrá uno qué otro filósofo que se ajuste al idealismo del tipo Berkeliano como una tercera opción. El problema con esté tipo de idealismo es que aquí “la realidad fenomenal no es otra cosa que una colección de impresiones mentales, que no son inherentes a ningún sustrato material, desprovistas de cualquier poder causal (es decir, mecánico) independiente; en esta visión de las cosas, somos realmente almas incorpóreas —o, en todo caso, almas cuyos “cuerpos” son inmateriales— que simplemente participamos por la gracia de Dios en el sueño divino de un mundo concreto.”

Antes de continuar tenemos que detenernos a preguntar: ¿Qué opciones tenemos? ¿Pertenecemos a una máquina cósmica generadora de agencia mental o una imagen cartesiana que propone la creación de un alma?

Ante los cuestionamientos arriba señalados, Hart rechaza tres posiciones de las teorías de la mente:

-La visión mecanicista de la materia. La naturaleza es el producto de una causa puramente mecánica.

-La visión de la mente cómo mera res cogitans (un algo pensante) asociado extrínsecamente con un orden material mecánico.

-Toda teoría que afirme que la mente surge de una realidad no mental.

Después de negar lo qué no creé, pasa a afirmar lo qué si creé. Hart cómo teólogo por definición debe adherirse al sistema idealista, pero es específico al respecto porque niega el idealismo de Berkeley, sin embargo, se considera más clásico y antiguo. El idealismo de Hart es del tipo “panpsiquista”, más adelante definiré esté terminó porque hasta el momento no está claro hasta dónde integra Hart un panpsiquismo tradicional ya qué además se considera un vitalista que define la vida cómo “lógica orgánica” que desde un inicio crea, gobierna y forma desde dentro la vida misma.

La vida es un fenómeno inexplicable en términos mecanicistas según Hart. En éste punto es dónde el autor usa el fenómeno como participante de la realidad en un acto infinito de conocimiento, al que llama Dios. Pero notemos qué esté Dios no se aproxima a la visión cristiana occidental. Más bien describe su proyecto desde una perspectiva Oriental al afirmar:

-La consciencia es Brahman [Divinidad]” o “Brahman es mente”

- Tat tvam asi: “Eso [la presencia divina en todas las cosas] es lo que eres”

-Aham brahm-āsmi: “Yo soy la Divinidad” o, tal vez, “Este ‘Yo’ es divino”; y, está sobre todo.

-Ayam Ātmā Brahma: “Este Ātman [espíritu, el ser supremo] es Brahman”.

El mismo Hart aclara que está perspectiva es “una concepción esencialmente ‘neoplatónica’ de la mente en relación con el ser. Pero también es una forma griega de pensar la esencia al querer demostrar que “en el principio era el Logos”.

El proyecto de Hart intenta afirmar qué la filosofía de la mente esta atrapada en un “cautiverio analítico”, de la tradición anglófona. Y propone la aplicación de métodos y perspectivas ajenos a la corriente analítica, estos métodos y perspectivas podrían provenir de la tradición continental, la filosofía hindú clásica, o cualquier otro enfoque qué ayude a transmitir los hechos de la mente cómo una totalidad indivisible en vez de una colección de capacidades desconectadas.

Me gustaría terminar este resumen de la introducción con una cita del libro, como lo exprese al inicio, Hart usa el dialogo para concretar sus ideas y esté es el ejemplo:

“Psique habla por mis convicciones respecto a la estructura de la vida y la mente, Hermes habla por mi visión de los misterios y la naturaleza del lenguaje, y Eros habla por mis creencias respecto al fin último del deseo racional y la intención mental, todo es bastante obvio; pero Hefesto también habla por mí, o en todo caso por mis dudas y vacilaciones, mi impaciencia con una actitud de absoluta certeza donde cierto grado de incertidumbre parece no sólo inevitable sino virtuosa, y quizás incluso por mi frustración al no ser más capaz que cualquier otra persona de demostrar que mis convicciones sobre estos temas son absolutamente correctas, al mundo en general o incluso a mí mismo. Soy partidario de Psique, Hermes y Eros, es cierto; pero Hefesto es parte de mí.”


**Jacques Derrida: Un Ateo Encantado**

La relación entre Jacques Derrida y la religión ha sido objeto de numerosos debates. En esta entrada, se analizará el artículo *Derrida, un ...