martes, 8 de septiembre de 2020

El Viaje Del Apóstol Pablo Al Paraíso



Conozco a un seguidor de Cristo que hace catorce años fue llevado al tercer cielo (no sé si en el cuerpo o fuera del cuerpo; Dios lo sabe).  (3)  Y sé que este hombre (no sé si en el cuerpo o aparte del cuerpo; Dios lo sabe)  (4)  fue llevado al paraíso y escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar. 

2Co 12:2-4 

 James D. Tabor, es académico y profesor de judaísmo antiguo y cristianismo primitivo. En su disertación para obtener el grado de doctor, presentó el trabajo:  Things Unutterable: Paul's Ascent to Paradise in Its Greco-Roman, Judaic, and Early Christian Contexts. Studies in Judaism. Lanham, Md., and London: University Press of America, 1986. Pp. x+ 155.

La disertación de Tabor, es una interpretación convincente sobre el relato autobiográfico del apóstol Pablo. El trabajo de Tabor, “enfatiza las inclinaciones extáticas y mágico-místicas del apóstol.”[1] A diferencia del Pablo presentado por la tradición cristiana, el Pablo de Tabor, al menos en este pasaje, no es el humilde misionero, sino un judío empapado del ambiente apocalíptico producto de su época. Aquí Pablo está convencido que Dios tiene un plan para la humanidad, que será transformada y glorificada. En opinión de Tabor, “el apóstol mismo viene virtualmente a reemplazar a Cristo. Se podría entonces hablar legítimamente de ‘Paulología’ en vez de ‘cristología’ en los futuros estudios paulinos.”[2]

El propósito de Pablo, es invalidar los argumentos de sus oponentes y levantar los suyos propios. Además, Pablo se jacta de su destreza mágico-espiritual, y revolotea en el borde de la credibilidad.[3] En el capítulo 3, Tabor desarrolla cuatro categorías que nos ayudaran a entender la ascensión celestial, ya que explican la forma cómo viaja una persona en su ascenso, lo que ve, las técnicas, etc.[4] Son estás categorías las que explicaremos brevemente.

En el mundo antiguo, Pablo no fue el único que tuvo experiencias mágicas o místicas. Hubo en las diferentes culturas y religiones alrededor del mediterráneo personas que tuvieron este tipo de éxtasis. Los fenómenos de viajes celestiales, incluso pueden ser rastreados algunos siglos atrás. Tabor, analiza y registra no solo figuras legendarias sino también históricas que ascendieron al cielo. Los viajeros, pueden ser de varios tipos, a cada uno le corresponde su significado, contexto e implicaciones. Los viajes al cielo son para las religiones del mediterráneo un fenómeno vital.

La Biblia registra al menos cinco personajes que dicen haber subido o visitado el cielo. Enoc (Gen. 5:24), Elías (2 Reyes 2:1-2), Jesús (Lc. 24:51; Hch. 1:9), Pablo (2 Cor. 12:2-4) y Juan (Rev. 4:1). Aunque no subieron literalmente al cielo, figuras como Moisés, Aron, los sabios de Israel y Miqueas, también reportaron algún tipo de viaje celestial. Otra figura importante es Daniel, pero de él tendríamos que hablar en otra ocasión.

La pregunta: ¿estuvo Pablo en el cielo?, se torna complicada no solo para el cristianismo sino también para las religiones del Antiguo Próximo Oriente debido a que su contexto sólo les permite incrustarse en el período Helénico.

La solución que propone Tabor es dividir la historia en dos periodos, uno para el Antiguo Próximo Oriente y otro para el periodo Helénico. Entonces el periodo del Antiguo Próximo Oriente, revisará y estudiará los textos hebreos solamente, mientras que el periodo Helénico, analizará los textos del Nuevo Testamento.

Ascensión como invasión del cielo.

La cosmología básica del Antiguo Testamento presenta a los mortales viviendo en la tierra, no en el cielo y los muertos en el Sheol. No existe la idea de un cielo como hogar de los humanos. Simplemente no hay registro de que los humanos vivieran en el cielo durante el periodo del Antiguo Testamento, pero si la encontramos, podríamos hablar solo en términos de una intrusión o invasión al reino divino.

En la literatura del Antiguo Próximo Oriente, existen menciones de héroes que intentaron entrar al cielo. Sin embargo, en la literatura hebrea, personajes como Enoc y Elías solo intentaron invadir el cielo, su propósito no era vivir ahí. Si contrastamos la información que tenemos de Enoc y Elías, con la de los patriarcas del judaísmo como Abraham, Moisés y David, notaremos que éstos mueren y van al Sheol, mientras que Enoc y Elías “caminan con Dios”. Notemos que hay ambigüedad en el texto de Enoc. La versión Reina Valera traduce: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios” (Gen. 5:24); mientras que la NVI traduce: “y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.

El judaísmo y el cristianismo han interpretado el texto de Enoc en términos de “ascender al cielo” para vivir ahí. Sin embargo, la raíz haw-lak’ tiene una variedad de aplicaciones, ya sea bien en sentido literal o figurado. En un contexto más amplio, el verbo podría traducirse como “ir más allá” haciendo referencia a un viaje especial en la tierra. Elías es el otro caso, el viaje que realizo pudo haber sido a otra área geográfica a través de la atmósfera, que es diferente a subir al cielo. En el Segundo libro de Crónicas 21:12-15, el rey Jorán recibe una carta de Elías escrita tiempo después de la ascensión de su ascensión.

Ascensión para recibir revelación.

Es un viaje circular entre la tierra y el cielo en dónde se obtiene algún tipo de visión celestial para después regresar a la vida normal. Es una visita, pero no una intrusión. Un paralelo cercano podría ser el de Moisés en Éxodo 24 donde sube al Sinaí. Moisés recibió revelación por medio de las tablas del pacto. El llamado profético de Isaías es otro ejemplo. La forma cómo asciende Isaías es por medio de visión. Incluso siendo mortal puede acceder al cielo y traer revelación. El significado de tal ascensión no es más que un símbolo de autoridad.

En el contexto de la cultura griega, el paralelo más cercano lo encontramos en el proemio de Parménides. Narra el ascenso a través de una puerta luminosa donde es recibido por una diosa. La revelación en el mundo griego arcaico se daba por medio de epifanías, oráculos, sueños, visiones, etc. Pero no eran conducidos hasta el trono de Zeus como en el caso de Isaías.

Ascenso a la vida inmortalidad celestial.

Es el ascenso final. El ser mortal obtiene la inmortalidad o deja atrás las características físicas, a través de un ascenso permanente al reino celestial. El problema es que aquí encontramos dos ideas traslapadas.

Primero, el héroe, gobernador o individuo con características extraordinarias ha obtenido existencia inmortal celestial. Segundo, la idea general del alma humana unida a las condiciones mortales puede encontrar lugar en la vida inmortal celestial. El cambio fundamental de está vida radica en la percepción de la morada humana. La coexistencia con las ideas helenistas es patente en esta vida futura. El Nuevo Testamento es el ejemplo perfecto que nuestra cómo los mortales pueden obtener inmortalidad celestial.

Jesús es el paradigma del justo que asciende al cielo. El Nuevo Testamento es totalmente parte del proceso de helenización en donde las ideas de resurrección de los muertos, inmortalidad del alma y ascensión eran la norma más que la excepción.

Ascensión como adelanto del mundo celestial.

Envuelve una jornada o visita al cielo que funciona como un adelanto o anticipación de un ascenso permanente o final a la vida celestial. Es similar a la categoría anterior, sin embargo, mantienen sus diferencias. Por ejemplo, Isaías mira el trono de Dios, pero vuelve a la tierra, vive y muere para ser llevado al Sheol. Los cristianos elaboraron una comprensión particular de este ascenso tomando modelos judíos, como en el texto que habla de la Ascensión de Isaías.

Para nuestro interés, tenemos el texto del ascenso de Pablo en 2 Cor. 12:2-4 del Nuevo Testamento. El texto muestra evidencia de la práctica de aquellos días sobre el ascenso al cielo en círculos judeo-cristianos, en contraste con el motivo puramente literario usado para obtener autoridad celestial de un texto. La experiencia de Pablo funciona como una glorificación celestial esperada mediante el regreso de Cristo.

Existen nexos definitivos entre el lenguaje y las ideas de textos judíos del segundo templo, el testimonio de Pablo y las tradiciones de la merkabá tanaítica y amoraica. En materiales no Judeo-cristianos, se encuentra el testimonio de Cicerón conocido como El sueño de Escipión el Africano en la República. El texto es un tipo de declaración universal sobre el evangelio de la inmortalidad celestial. También se encuentra el texto gnóstico Poimandrés en el Corpus Hermeticum, hallado en la categoría de ascenso.

También hay un texto importante en los Papiros Mágicos Griegos, erróneamente llamado "Liturgia de Mitras". Proporciona al iniciado que desea ascender al cielo una guía para hacer el viaje con todos sus peligros y potenciales. Hay textos judíos como Hekhalot Rabbati que tienen fuertes paralelismos con tales materiales mágicos, mostrando que estamos tratando aquí con un fenómeno internacional de la antigüedad tardía. También es probable que los ritos de iniciación en algunas de las llamadas "religiones de misterio", como la de Isis, incluyeran tales experiencias prolépticas de ascensión al cielo.

Para el cristianismo, la experiencia de Pablo en 2 de Corintios, es el único relato autobiográfico del período del Segundo Templo.

Tomado de: https://jamestabor.com/if-i-ascend-to-heaven-pauls-journey-to-paradise/


[1] Jorunn Jacobsen Buckley, Things Unutterable: Paul's Ascent to Paradise in Its Greco-Roman, Judaic, and Early Christian Contexts by James D. Tabor, History of Religions, Vol. 27, No. 2 (Nov., 1987), p. 225

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Ibid.

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