Hablar de fenomenología francesa reciente es adentrase en el
problema de los opuestos. El debate o si se prefiere la pregunta ¿Atenas o Jerusalén?
sigue tan vigente igual que hace 1700 años aproximadamente. La diferencia
radica que hoy se plantea en el contexto de la filosofía francesa madre del
posmodernismo. Como siempre, los teólogos prefieren optar por la ortodoxia y no
arriesgar a dios al juicio de la filosofía, por otra parte, los filósofos en su
afán de enjuiciar a dios por medio de la razón someten a la teología al mas
duro de los interrogatorios. Sin embargo, siempre existen personas con más
animo de conciliar y optan por los cruces de camino. Tales son los filósofos de
la religión.
J. Aaron Simons es uno de ellos. Básicamente los interese de
Simons son la filosofía de la religión, la fenomenología y el existencialismo. En
su ensayo titulado “God in Recent French Phenomenology”, Simons presenta una
breve introducción al “giro teológico” en la nueva fenomenología francesa y
explora el peligro de excluir a dios de la fenomenología. Presenta además una
breve historia del movimiento y los puntos en común entre la nueva
fenomenología y la filosofía analítica contemporánea de la religión.
EL GIRO
TEOLOGICO COMO EL NUEVO CONFLICTO ENTRE RAZON Y FE.
Empecemos por lo básico, qué es la fenomenología. ¿Cómo me
relaciono con el mundo material a partir de mis emociones y mi ser social a partir
de mi conciencia? ¿Cómo pueden las estructuras de la experiencia humana
entender lo que sucede a mi alrededor? Esas son las dos preguntas principales
que intenta responder la fenomenología. Por mucho tiempo, la condición para la
investigación fenomenológica fue la exclusión de lo trascendente, es decir de
Dios. Con la llegada del posmodernismo, fueron muchos los filósofos quienes
quisieron adentrarse en el campo de lo trascendente con el riesgo de ser etiquetados
de “creyentes” ¿y no?
Fueron los nombres de Levinas, Marion y Henry los
principales acusados de introducir una agenda teológica a la filosofía. A esta
agenda se le conoció como “giro teológico”. Así entonces, conceptos teológicos
aplicados a fenómenos trascendentes como dios, espíritu, cielo, trinidad,
atributos divinos, etc., dieron paso a la “nueva fenomenología”. Sin embargo,
un fenómeno religioso equivaldría a un fenómeno imposible. Por esa razón, como
anotaría Heidegger, la fenomenología religiosa es una fenomenología de los
excluidos y no tiene cabida en el mundo de la razón, porque de hecho debido a
la naturaleza de su orientación, está es una cuestión de fe.
CINCO PUNTOS
EN COMUN ENTRE PENSADORES DE LA NUEVA FENOMELOGIA
Dejando en claro que, a partir de cada experiencia
individual, una persona decidirá que camino tomar. Sin embargo, lo interesante
en el ensayo de Simons es el resumen de cinco temas en común entre pensadores
de la nueva corriente fenomenológica. Los que veremos en seguida:
1. La insistencia en que lo que están haciendo es filosofía
y no teología.
2. La conexión entre Dios y el Otro.
3. Una comprensión específicamente kenótica de Dios.
4. La inmediatez de
la experiencia religiosa y la dificultad de expresión.
5. Una epistemología
posfundacionalista de la confianza.
CONCLUSION
La honestidad con que se maneja la nueva fenomenología
debería darle un voto de confianza, ya que está, con frecuencia critica su
propia posibilidad. Por ese motivo, se mueve en el marco de los puntos que ya
describí arriba.
Para quienes nos movemos en un campo dialectico entre fe y
razón, la fenomenología francesa reciente brinda una posibilidad de entender lo
trascendente desde un concepto racional, siendo dios no solo un concepto sino una
manera de dialogar a partir de la materialidad de lo divino.
[1]
Simmons, J. Aaron, God in Recent French Phenomenology, Philosophy Compass 3/5
(2008): 910–932